Abuelita

Esta es la historia de la abuelita "Dana", se la pasé a Rosario y ahora la comparto con ustedes.

Un día fui a Multiplaza con mi esposo y ví unos cachorros de diferentes razas que vendían en los alrededores, me dio una lástima verlos ahí, bajo el sol, jadeando...Cuando volví a pasar, vi unos basset, mi esposo paró detrás de unos carros y me quedó la jaula de los perritos en mi ventana, una perrita lloraba tanto, que me bajé y al ratito apareció el dueño de los cachorros y les dió agua con una botella. La golpeó con la misma botella, la pobre se veía deshidratada y luego de varias cosas que pasaron me la traje. Se veía muy mal y a los días murió por más que intentamos ayudarla.

Lloré desesperada por días, nunca había tenido un perro de esa raza y me dedique a buscar, pero como sabes, cuesta mucho. Por fin contacté con el veterinario Óscar Roberth y fui a dar a una camada de orejones, yo quería una hembra, pero solo machos habían. Me quedé con un limoncito (café con blanco) precioso, él abuelo de él era campeón en Colombia en su raza. A los días me llamaron porque habían devuelto otro cachorro y me lo regalaron. Se hicieron preciosos y chineados, pero se peleaban horriblemente por mí. No sé como me contactó la Sociedad Protectora de Animales y me ofrecieron una perra que habían rescatado, y no dudé en decir que sí, cuando me la trajeron casi me muero, estaba tan desnutrida que apenas caminaba, pero horriblemente desnutrida, la tenían pariendo y vivían de ella y otras más. Ella llegó llena de heridas y cicatrices, era muy desconfiada y temerosa, tiene muy pocos dientes, por lo que no se ha podido calcular la edad. La pusieron a un régimen de vitaminas, alimento especial, y le dí todo mi cariño. Con el dolor del alma, regalé mis hermosos bebés, ellos todo lo habían tenido, y los tendrían personas que los amaran, para darle a esa perrita todo el amor y la dedicación que nunca tuvo. Así llegó Dana.